La abadía de Montserrat se llenó de consagradas y consagrados catalanes, entre ellos, las vírgenes consagradas de las distintas diócesis catalanas. En total, 600 personas de vida consagrada convocadas por la Unión de Religiosos de Cataluña. El motivo del encuentro era el Milenario de este 2025 en Montserrat.

La jornada comenzó con un saludo inicial por parte de Susana Garcia, presidenta de la Unión de Religiosos de Cataluña (URC), quien destacó la importancia de Montserrat como punto de encuentro para la vida consagrada: «Gracias a la comunidad de Montserrat por acogernos. En Montserrat siempre nos encontramos en casa».

La misa conventual estuvo presidida por el obispo de Vic, Romà Casanova, quien en su homilía recordó a los asistentes la importancia de la misión cristiana en el contexto actual: «La rutina diaria nos puede hacer olvidar una premisa esencial, que somos del Señor. La Moreneta nos acoge con mirada materna y nos ayuda a recordar que los votos de los consagrados son hoy un don para la humanidad».

“SOIS PROFECÍA Y SEMILLA”

El obispo resaltó la variedad de carismas presentes en el encuentro y su valor para la sociedad: «En una sociedad donde reina el silencio de Dios, sois profecía y semilla, sois signo de esperanza con el rostro de Jesús»

Tras la Eucaristía, los asistentes pudieron escuchar la reflexión del abad de Montserrat, Manel Gasch, quien subrayó la relevancia de Montserrat en la historia espiritual de Cataluña y su papel como punto de referencia: «Una de las cosas bonitas del Milenario es ver cómo la gente ama a Montserrat, y hoy es uno». 

Gasch destacó el simbolismo de la basílica, donde «hay un mosaico que representa a los monjes y otro en el que se representan a los peregrinos», haciendo un llamamiento a los religiosos a revivir la experiencia de peregrinación de los santos fundadores de sus congregaciones.

El encuentro sirvió para afianzar la identidad y la misión de las y los consagrados en Cataluña, fortaleciendo los lazos entre las diversas congregaciones presentes. Con el Milenario de Montserrat como marco de referencia, los asistentes vivieron una jornada de hermandad y renovación espiritual, con el firme compromiso de seguir siendo «luz y testimonio» en la sociedad actual.

Fuente: catalunyareligio.cat